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Hospiten destaca la prevención como principal arma contra los problemas de próstata, que afectan a más de la mitad de los hombres mayores de 50 años

Publicado el 15-09-2014

Con motivo de la celebración hoy, lunes, del Día Europeo de la Salud Prostática, el Grupo Hospiten incide en la importancia de acudir de manera periódica al urólogo para prevenir y detectar a tiempo algunos de los problemas de próstata más comunes, como son la hiperplasia benigna, la prostatitis y el cáncer de próstata

El urólogo Guillermo Conde, del Grupo Hospiten, asegura que con las medidas de prevención adecuadas se puede detectar a tiempo el 90 por ciento de los casos de cáncer de próstata, el más común entre los varones y el segundo que causa más muertes

Santa Cruz de Tenerife, 15 de septiembre de 2014. Acudir al urólogo para revisiones anuales, controlar el peso, reducir las grasas en nuestra dieta, tener unos buenos hábitos miccionales (no retrasar la micción y tener un consumo adecuado de líquidos), evitar el tabaco y moderar el consumo de alcohol son algunos de los requisitos necesarios para mantener una buena salud de la próstata, responsable de producir el fluido seminal, y reducir los riesgos de padecer alguno de los problemas que se pueden localizar en esta glándula y que afectan a más de la mitad de la población masculina de más de 50 años.

Así lo asegura el urólogo de Hospiten, Guillermo Conde, quien con motivo de la celebración, hoy  lunes, 15 de septiembre, del Día Europeo de la Salud Prostática destaca la necesidad de concienciar a los varones en la prevención de su salud  y en  normalizar la visita al urólogo para detectar, entre otros problemas, el cáncer de próstata, el más frecuente en los varones y el segundo que causa más muertes, por detrás del cáncer de pulmón.

“El varón debería incorporar las visitas periódicas al urólogo, al igual que la mujer ha incorporado la revisión ginecológica como parte de la promoción de su salud”,  asegura el urólogo.

A día de hoy, el 90 por ciento de los casos de cáncer de próstata se puede detectar a tiempo con las debidas medidas de prevención. Además, existen terapias eficaces con capacidad curativa y tratamientos cada vez menos invasivos, como la prostatectomía radical laparoscópica, que permite curar este tipo de cáncer evitando las temidas secuelas sobre la sexualidad o la pérdida de orina del varón, añade el doctor Conde.

La edad recomendada para la primera revisión son los 50 años, salvo que existan antecedentes familiares, entonces el chequeo debe adelantarse a los 45 años. En cualquier caso, Guillermo Conde insiste en que, con independencia de la edad y ante la primera molestia que se detecte  (dificultad miccional, necesidad frecuente de orinar, dolor o sangrado) se acuda a la consulta de un urólogo.

Además del proceso cancerígeno, existen otros problemas de próstata que afectan de manera frecuente a la población masculina con más de 50 años, como es el caso del crecimiento benigno de la próstata, que consiste en un aumento del tamaño de la misma. Este problema aparece progresivamente con la edad y es superior al 50%  en varones de 60 años de edad y llega hasta el 90% para los hombres de 85 años.

Esta afección se suele tratar con medicación, aunque en los casos en los que no se responde al tratamiento se emplea la cirugía. Sin embargo, el doctor Conde explica que “afortunadamente, en la actualidad existe un tratamiento mínimamente invasivo, como la vaporización prostática con Laser Verde, que facilita una recuperación muy rápida, con un ingreso hospitalario corto, y evita los temidos efectos adversos que puede originar la cirugía convencional de la próstata.

La prostatitis, provocada por una inflamación de la glándula prostática, es otro de los problemas de próstata más comunes y que afectan a cerca del 50% de los hombres a lo largo de su vida. A diferencia de los casos anteriores, la prostatitis no está directamente relacionada con la edad del paciente, entre los que existen también varones  Por esta patología suelen consultar los varones más jóvenes, afectados de molestos síntomas como el dolor y la pesadez perineal,   malestar durante la micción o durante las relaciones sexuales. La clave para realizar un adecuado tratamiento es realizar un diagnóstico temprano, acudiendo al urólogo.

 

 

 

 

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